Cardo Mariano: Propiedades Medicinales y Usos Terapéuticos
19/10/2025

El cardo borriqueño, conocido científicamente como Silybum marianum y popularmente como Cardo Mariano o Cardo de Santa María, es una planta con una larga historia de uso medicinal. Originaria de la región mediterránea, esta hierba robusta ha sido utilizada durante siglos por sus notables propiedades terapéuticas, especialmente en el tratamiento de afecciones hepáticas. Su potencial para proteger y reparar el hígado ha sido ampliamente documentado, convirtiéndola en un valioso aliado para la salud.
Este artículo explorará en profundidad el mundo del cardo borriqueño, desde su taxonomía y descripción física hasta sus propiedades medicinales y usos terapéuticos. Analizaremos sus componentes activos, las acciones farmacológicas que ejercen en el organismo, y las diversas aplicaciones clínicas en las que ha demostrado ser eficaz. También abordaremos su uso externo para aliviar afecciones como hemorroides y varices. El objetivo es proporcionar una visión completa y detallada de esta planta medicinal, destacando su potencial para mejorar la salud y el bienestar.
Profundizaremos en la historia del uso del cardo borriqueño, así como en las investigaciones científicas modernas que respaldan su eficacia. Veremos cómo los antiguos herbolarios reconocieron su valor y cómo la ciencia actual está confirmando y ampliando nuestro conocimiento sobre sus beneficios. Además, analizaremos las precauciones y contraindicaciones que deben tenerse en cuenta al utilizar esta planta, asegurando un uso seguro y responsable.
Nombres Comunes y Taxonomía

El cardo borriqueño, como ya se ha mencionado, goza de una rica diversidad de nombres comunes, reflejo de su amplia distribución geográfica y su larga historia de uso popular. Además de "Cardo Mariano" y "Cardo de Santa María," se le conoce también como Cardo lechal, Abrepuño, Acano, Arzolla, Bedega, Cardo asnal, Cardo blanco, Cardo lechero, Cardo manchado, Cardo santo, Cardoncillo, Hedegar, Silibo y Toba. Esta abundancia de nombres comunes puede generar confusión, pero subraya la importancia cultural de la planta en diferentes regiones.
Desde el punto de vista taxonómico, el cardo borriqueño pertenece a la familia Asteraceae (Compositae), una de las familias de plantas más grandes y diversas del mundo, que incluye a muchas otras especies medicinales y ornamentales. Su nombre científico, Silybum marianum, es universalmente reconocido y permite una identificación precisa, evitando la ambigüedad que pueden generar los nombres comunes. La designación Silybum deriva del griego "silybos," un nombre antiguo para una planta parecida al cardo, mientras que marianum hace referencia a la Virgen María, en alusión a una leyenda que cuenta que las manchas blancas en sus hojas provienen de gotas de leche materna.
La correcta identificación taxonómica es crucial para asegurar que se está utilizando la planta correcta con fines medicinales. La confusión entre diferentes especies de cardos podría llevar a resultados ineficaces o incluso perjudiciales. Por lo tanto, es fundamental recurrir a fuentes confiables y verificar el nombre científico al adquirir productos a base de cardo borriqueño. La taxonomía proporciona un marco preciso para comprender las relaciones entre las diferentes especies y garantizar la seguridad y eficacia de su uso.
Descripción de la Planta
El cardo borriqueño es una planta herbácea anual o bienal que se distingue por su porte robusto y espinoso. Generalmente, alcanza una altura de entre 70 y 150 centímetros, aunque en condiciones favorables puede superar esta altura. Su tallo es erecto, estriado y ramificado en la parte superior, presentando alas espinosas que se extienden a lo largo de su longitud. Esta característica espinosa le confiere una protección natural contra los herbívoros, asegurando su supervivencia.
Las hojas del cardo borriqueño son grandes, alternas y profundamente lobuladas, con márgenes espinosos. Presentan un color verde brillante, adornado con manchas blancas características a lo largo de las nervaduras, lo que le da un aspecto distintivo y ornamental. Estas manchas blancas, como se mencionó anteriormente, están asociadas a una leyenda religiosa, pero también contribuyen a la fácil identificación de la planta. Las hojas basales son más grandes que las hojas superiores y pueden alcanzar hasta 50 centímetros de longitud.
Las flores del cardo borriqueño se agrupan en capítulos florales grandes y solitarios, ubicados en el extremo de las ramas. Cada capítulo está rodeado por brácteas espinosas y duras, que protegen las flores en su interior. Las flores son de color púrpura o rojizo, tubulares y hermafroditas. La floración suele ocurrir en los meses de verano, atrayendo a una variedad de insectos polinizadores. Los frutos son aquenios de color marrón oscuro, provistos de un vilano plumoso que facilita su dispersión por el viento. Estas características morfológicas en conjunto hacen del cardo borriqueño una planta fácilmente reconocible y adaptable a diferentes entornos.
Propiedades Medicinales
El cardo borriqueño es apreciado por su amplio espectro de propiedades medicinales, atribuidas principalmente a la silimarina, un complejo de flavonolignanos presente en sus frutos. La silimarina es un potente antioxidante y antiinflamatorio que protege las células del hígado del daño causado por toxinas, radicales libres y otros agentes nocivos. Esta propiedad hepatoprotectora es la más conocida y estudiada del cardo mariano.
Además de su acción hepatoprotectora, el cardo borriqueño posee propiedades colagogas, estimulando la producción y secreción de bilis, lo que facilita la digestión de las grasas y previene la formación de cálculos biliares. También se le atribuyen propiedades diuréticas, ayudando a eliminar el exceso de líquidos del organismo, y antipiréticas, contribuyendo a reducir la fiebre. Su acción aperitiva estimula el apetito, lo que puede ser beneficioso para personas con problemas de alimentación.
Las propiedades medicinales del cardo borriqueño no se limitan a la silimarina. La planta también contiene otros compuestos bioactivos, como flavonoides, ácidos grasos y esteroles, que contribuyen a su actividad terapéutica. El cocimiento de sus frutos molidos contiene aminas como histamina, tiramina y agmatina, que pueden tener efectos sobre la presión arterial, aunque su uso debe ser supervisado por un profesional de la salud. El cardo mariano es una planta con un rico perfil fitoquímico que le confiere una amplia gama de propiedades medicinales.
Acciones Farmacológicas
Las acciones farmacológicas del cardo borriqueño se deben principalmente a la silimarina, un complejo de flavonolignanos que incluye la silibina, la silidianina y la silicristina, siendo la silibina el componente más activo y abundante. La silimarina ejerce una serie de efectos beneficiosos en el organismo, especialmente a nivel hepático.
Una de las principales acciones farmacológicas de la silimarina es su capacidad para proteger las células del hígado (hepatocitos) del daño causado por toxinas, como el alcohol, los fármacos y las toxinas ambientales. La silimarina actúa como un antioxidante, neutralizando los radicales libres que pueden dañar las células. También aumenta la síntesis de proteínas en los hepatocitos, lo que favorece la regeneración del tejido hepático dañado. Además, la silimarina reduce la inflamación en el hígado, un factor clave en el desarrollo de muchas enfermedades hepáticas.
Otra acción farmacológica importante del cardo borriqueño es su efecto colagogo, que estimula la producción y secreción de bilis. La bilis es esencial para la digestión de las grasas y la eliminación de toxinas del organismo. Al aumentar la producción de bilis, el cardo mariano facilita la digestión y previene la acumulación de toxinas en el hígado. Además, la silimarina puede inhibir la formación de cálculos biliares, reduciendo el riesgo de complicaciones biliares. En conjunto, las acciones farmacológicas del cardo mariano lo convierten en un valioso aliado para la salud hepática y digestiva.
Usos Terapéuticos
Los usos terapéuticos del cardo borriqueño están principalmente relacionados con su capacidad para proteger y regenerar el hígado. Se utiliza tradicionalmente para tratar diversas afecciones hepáticas, como la hepatitis, la cirrosis y el hígado graso no alcohólico. Los estudios clínicos han demostrado que la silimarina puede mejorar la función hepática y reducir los síntomas en pacientes con estas enfermedades.
Además de su uso en enfermedades hepáticas, el cardo borriqueño se utiliza también para proteger el hígado de los daños causados por toxinas, como el alcohol, los fármacos y las toxinas ambientales. Se recomienda a personas que consumen alcohol regularmente o que toman medicamentos que pueden ser tóxicos para el hígado. También se utiliza como un suplemento dietético para promover la salud hepática en general.
Otros usos terapéuticos del cardo borriqueño incluyen el tratamiento de problemas digestivos, como la indigestión y el estreñimiento, debido a su efecto colagogo. También se ha utilizado para mejorar los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre, así como para proteger contra el daño renal. Aunque se necesitan más investigaciones para confirmar estos beneficios, los estudios preliminares sugieren que el cardo mariano puede tener un potencial terapéutico en diversas áreas de la salud. Siempre es crucial consultar con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento con cardo mariano, especialmente si se tienen condiciones médicas preexistentes o se están tomando otros medicamentos.
Uso Externo
El cardo borriqueño no solo se utiliza internamente por sus beneficios para la salud hepática, sino que también tiene aplicaciones en el uso externo. Tradicionalmente, se ha empleado para aliviar diversas afecciones cutáneas y circulatorias.
Una de las aplicaciones más comunes del cardo borriqueño en uso externo es para el alivio de hemorroides. Sus propiedades antiinflamatorias y astringentes pueden ayudar a reducir la hinchazón y el dolor asociados con esta condición. Se pueden utilizar compresas empapadas en una infusión de cardo mariano para aplicar directamente sobre la zona afectada, proporcionando un alivio sintomático.
También se ha utilizado el cardo borriqueño para tratar varices y úlceras de piernas. Se cree que sus propiedades venotónicas, que fortalecen las paredes de los vasos sanguíneos, pueden mejorar la circulación y reducir la hinchazón en las piernas. Se pueden realizar baños de pies con una infusión de cardo mariano o aplicar cremas y ungüentos que contengan extracto de la planta. Es importante destacar que el uso externo del cardo mariano debe ser complementario a otros tratamientos médicos y no debe sustituir la atención profesional.
Conclusión
El cardo borriqueño, con su rica historia de uso medicinal y sus validadas propiedades terapéuticas, se presenta como una valiosa herramienta natural para promover la salud y el bienestar. Su capacidad para proteger y regenerar el hígado, junto con sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes y colagogos, lo convierten en un aliado importante para el tratamiento de diversas afecciones hepáticas y digestivas.
La investigación científica moderna ha confirmado muchos de los usos tradicionales del cardo borriqueño, proporcionando una base sólida para su uso clínico. Sin embargo, es importante recordar que el cardo mariano no es una panacea y su uso debe ser supervisado por un profesional de la salud, especialmente en personas con condiciones médicas preexistentes o que estén tomando otros medicamentos.
El cardo borriqueño es una planta medicinal con un gran potencial terapéutico. Su conocimiento y uso responsable pueden contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida de muchas personas. Sin embargo, siempre se debe priorizar la consulta con un profesional de la salud para asegurar un uso seguro y eficaz de esta valiosa planta.

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